Header Ads

El poder de los deseos, el pensamiento y la palabra



Hace días me di cuenta de la capacidad creadora que cada ser humano posee y las fuerzas materializadoras que movemos cada vez que pensamos, hablamos y sentimos algo en concreto.
Todo comenzó un día que me puse a pensar en un amigo muy querido de quien no volví a saber más nada luego que comencé mi camino de reconexión espiritual, me vino a la mente la última conversación que tuvimos y lo grosera que había sido con él por preocuparse por mí. En ese momento no sabía cómo manejar la palabra justa para no mentir explicando mi nueva situación. Lo cierto del caso es que sentí primero que había actuado mal, luego pensé que él merecía una disculpa de mi parte y después dije en voz alta: Ojalá pudiera conversar de nuevo con él. Pasadas un par de semanas, de manera “causal” me envió un mensaje saludando y dando señales de vida. ¿Podía ser posible? Mi yo terrenal no me permitió darme crédito, aun así hice lo que había pensado, le agradecí su tiempo, sus palabras, su amistad y me disculpe por mi actitud. Finalizada la conversación no supe más de él.
Así que continué adelante haciendo “inocentemente” la prueba con una amiga que dejé en Italia, en los tiempos en que viví por allá, sentí que quería conversar con ella, pensé que sería agradable saber cómo estaba ella y su familia y dije en voz alta “sería bonito poder decirle a Nadia cuanto la quiero y lo importante que fue para mí en esos momentos de mi vida” Nuevamente antes del mes ella se había puesto en contacto conmigo a través del facebook, solo allí me di cuenta del poder de materializar deseos que poseía.
Bien dicen los Guías que somos mínimas partículas de nuestro Padre, capaces de crear desde lo profundo de nuestro ser y materializar los deseos, tan solo debemos manejar la mente para que el sentimiento sea quien lo guie y lo exponga por medio de la palabra. 
Por eso seamos optimistas, sintamos solo cosas positivas que nos ayuden a crecer y ser mejores seres humanos, ayudemos al Padre como co-creadores de nuestro entorno, hagamos de nuestros hogares un lugar de perfección amorosa de alta vibración. Y una vez aprendida la lección expandamos el campo de acción a nuestra ciudad, país, continente para que entre todos podamos abarcar el mundo entero.

Sientan – Piensen – Decreten.

 No lo olviden…

No hay comentarios

Con la tecnología de Blogger.